¿Sabes cuántos tipos de chocolates existen en el mercado y qué diferencias hay entre ellos? Si eres un auténtico fan de este producto y nunca te puedes resistir al placer de degustar una deliciosa onza de chocolate, seguro que ya has catado diferentes variedades de este dulce, pero ¿los has probado todos?
Aunque no es un alimento esencial para nuestro organismo desde el punto de vista nutricional (pues posee un alto contenido en grasas, azúcares y, por tanto, calorías), esto no es una razón que nos impida darnos un capricho de chocolate de vez en cuando. Y es que para nosotros el chocolate es nuestro talón de aquiles y lo hemos utilizado en multitud de postres que hemos elaborado y cuyas recetas encontraréis en este blog.
A continuación hacemos una recopilación de distintos tipos de chocolate y explicaremos su composición, sabor y otros aspectos curiosos que seguro te interesará conocer. ¿Cuál es tu preferido?
¿Cuántos tipos de chocolates existen?
Originario de Mesoamérica, el cacao ha sido un alimento que ha despertado el interés de la población desde hace millones de años. Las primeras evidencias de su uso datan de 1.900 a.C. por la cultura Mokaya, que ya utilizaban este alimento en forma de bebida. Pero en la actualidad, el cultivo de cacao se ha extendido a otras partes del mundo, siendo Ghana y Costa de Marfil sus principales productores.
El chocolate es un alimento que se obtiene a partir de la mezcla homogénea de azúcar finamente pulverizada con habas de cacao o cualquier derivado del cacao, como la manteca de cacao o el cacao en polvo. Para que pueda recibir el nombre de chocolate e incluir esta nomenclatura en su etiquetado, este producto debe presentar en su composición, al menos, un 35% de materia seca de cacao del que, como mínimo, el 18% debe ser manteca de cacao.
En función de los elementos que se le añadan o agreguen al chocolate en su proceso de elaboración, podremos obtener unos tipos de chocolates u otros. A continuación haremos un repaso por ellos:
1. Chocolate negro
Se le considera como el tipo de chocolate de mayor calidad, ya que se trata del más puro, pues en su elaboración no se le ha añadido ningún otro ingrediente, a parte de azúcar y cacao. En concreto, el chocolate negro debe tener como mínimo un 43% de materia seca de cacao de la que el 26% tiene que ser manteca de cacao.
En el mercado puedes encontrarlos con distintas proporciones de cacao (50%, 70%, 90%, etc.). Esto se traduce en que cuanta mayor cantidad de cacao posea su composición, este chocolate tendrá un sabor más amargo debido a que contiene menor proporción de azúcares y grasas. Precisamente por esto, se trata del chocolate más saludable.
Si este chocolate contiene más de un 32% de manteca de cacao, expresado sobre materia seca, entonces el chocolate recibirá el nombre de chocolate fundente.
2. Chocolate con leche
Es una de las clases de chocolate más populares y que más se vende en los supermercados. A diferencia del chocolate negro, este chocolate tiene un sabor dulce, ya que además de azúcar y cacao, a este tipo de chocolate también se le añade leche, que puede ser desengrasada o no. La leche reduce el sabor amargo del cacao y, por ello, el resultado es más suave y graso. Por ello, el chocolate con leche suele ser el preferido de los más pequeños de la casa.
3. Chocolate con frutos secos o cereales
En este caso, al chocolate negro o al chocolate con leche, descritos en los apartados anteriores, se le añaden, de manera troceada o no, frutos secos (almendras, avellanas, piñones o nueces) o cereales (tostados o insuflados) en un porcentaje entre el 8-40% de la composición total del chocolate final.
4. Chocolate con frutas
Se obtiene al añadir cualquier tipo de fruta (ya sea entera, troceada, confitada o desecada) al chocolate negro o al chocolate con leche. La cantidad de fruta que puede contener este tipo de chocolate debe estar entre el 5-40% de la composición total.
Algunas de las frutas más típicas que se suelen agregar al chocolate y que combinan a la perfección con él son las fresas, cerezas, frambuesas, naranjas, plátanos, kiwis o piña, entre otros.
5. Chocolate de cobertura
Es el tipo de chocolate que se utiliza para cubrir postres como tartas, bizcochos, donuts o cualquier otro plato de repostería.
En caso de que la cobertura se realiza a partir de chocolate negro, se denominará como cobertura dulce y deberá contener, al menos un 31% de manteca de cacao y un 35% de componentes de cacao (expresados sobre materia seca). Si vamos a realizar una cobertura de chocolate con leche se denominará como cobertura con leche y tiene que contener, al menos, un 31% de grasa total (también expresado sobre materia seca).
¿Qué pasa con el chocolate blanco?
Con el chocolate blanco ocurre un caso peculiar. Si nos ceñimos estrictamente a la descripción de chocolate a la que hemos hecho referencia en líneas anteriores (mezcla homogénea de azúcar finamente pulverizada con habas de cacao o cualquier derivado del cacao…) no podemos hablar del chocolate blanco como chocolate, pues no cuenta en su composición ni con pasta de cacao ni habas de cacao. En este sentido, el chocolate blanco sólo está compuesto por manteca de cacao (derivado del cacao), azúcar y leche en polvo o condensada.
Además, son considerados como derivados especiales del cacao, del chocolate y de la manteca de cacao; el cacao azucarado en polvo, el chocolate con harina, chocolates especiales (a los que en cuya elaboración se han añadido otros ingredientes como miel, huevos, café, zumos de frutas…), de régimen, rellenos, artículos de confitería y bombones, etc.
No podíamos terminar este artículo sin comentar que el sabor del chocolate depende de la selección de granos de cacao que se utilicen para elaborar el chocolate final. De esta manera, existen granos cacao más fuertes e intensos de sabor (como Acrea, Cuba, Santa Lucía, Surinam…) o variedades más suaves (como Sri Lanka, Caracas, Java, Jamaica o Mauritius, entre otros).
Y a ti, ¿cómo te gusta el chocolate? ¿cuál es tu tipo de chocolate favorito? Cuéntanoslo en el hilo de comentarios de este post.
¡Buen provecho!
*El artículo ha sido elaborado tomando como fuente el Código Alimentario Español recogido en el BOE.